A pesar de su personalidad multidisciplinar, Johannes Torpe nos sumerge en la unicidad de su creatividad. Inspirado por la intuición natural y melódica, el diseñador danés nos cuenta cómo dirige su orquesta al son de la depuración y la traducción cultural mientras sueña con experiencias astrales sin despegar del suelo.

Orquestar el diseño
Su padre era músico y su madre sigue siendo artista a sus 85 años pintando todos los días. Una combinación estelar que le otorgó un gran poder creativo activado durante su infancia silvestre. Creció en el campo, en una comuna hippie donde no había escuela, y eso le permitió “hacer lo que quisiera”: correr, construir, tocar tambores, trepar árboles… “No había límites, y cuando no los hay uno mismo establece los suyos propios, lo cual es un superpoder que tenemos los seres humanos. O te hundes o flotas. Afortunadamente, yo floté con mi creatividad”.

No heredó la guitarra de su padre, sino que optó por la batería definiendo su propio lenguaje y descubriendo su identidad. Se independizó muy joven, a los 12 años, para mudarse a Copenhague donde comenzó a trabajar como vendedor en una tienda de baterías. A los 15 años, creó su primera empresa: una compañía de diseño de iluminación, “y luego el diseño llegó a través de la música”.

ROOM Diseño. – ¿Cómo convivieron en su imaginario la música y la iluminación en esa transición hacia el diseño?
Johannes Torpe. – En aquel tiempo, el diseño de escenarios y la iluminación resultaban bastante aburridos. Así que usé mi imaginación y mi conocimiento con la batería para crear una mayor profundidad espacial, pudiendo conectar los ritmos musicales con lo lumínico. La mayoría solo ideaba un patrón bonito de luces, pero yo logré sincronizarlo con la melodía, otorgando una sensación extra. Más adelante, proyecté discotecas donde la música era el pilar fundamental y llevé a los mejores DJ del mundo. Empecé a componer mis propias piezas, también de electrónica con mi medio hermano. Y nos fue muy bien: fuimos número uno en todo el mundo, incluso en España. He estado en Ibiza 20 veranos seguidos promocionando nuestras canciones. Pero cuando cumplí 40, decidí que, tal vez, esta disciplina no debería ser mi carrera a futuro. Pensé que si mi otra base había sido el diseño, la arquitectura y todo lo que había hecho en paralelo, podría centrarme en eso. Desde entonces, he enfocado mi creatividad en esa dirección, aunque la música sigue siendo parte de mi rutina.

ROOM Diseño. – ¿Y de qué manera influye su personalidad musical en los procesos de creación?
Johannes Torpe. – Está ahí siempre. Si sales de mi despacho en nuestra oficina de Copenhague, entras directamente a un estudio de grabación. Toco mi batería todos los días porque es una parte muy integrada de mi identidad. A menudo digo que no dirijo a la gente, ya que no me considero un director de diseño, sino uno de orquesta. Prefiero crear usando la habilidad musical para darles confianza a mis compañeros: si no puedo enseñarles a tocar el violín o el piano, puedo guiarlos para mantener el ritmo y hacer música juntos.
La perfección no existe, lo que existe es la mejor práctica posible:
Johannes Torpe
eso es lo que finalmente se materializa.

Domesticar la tecnología
Si intentas oponerte a la tecnología y al futuro, pierdes. No puedes insistir en enviar un fax en vez de hacer una videollamada. En los tiempos que corren, debemos mantener una mentalidad abierta para entender cómo avanza el mundo e integrarlo en lo que hacemos. Johannes Torpe, que ha sido reconocido con el Premio Mindway a la Innovación en Diseño por su perspectiva visionaria en su concepción de productos y espacios afirma que “a menudo domesticamos la tecnología”. Y es por eso que en su trayectoria ha fusionado la creatividad, la tecnología y la funcionalidad para redefinir la interacción entre el diseño y el usuario.

ROOM Diseño. – En el caso de la tienda de bicicletas United Cycling, ¿cómo se da ese enfoque doméstico?
Johannes Torpe. – En vez de llenar el ambiente con pantallas, decidimos priorizar la experiencia sensorial. De ese modo, usamos reconocimiento de voz para que al decir «bicicleta número cinco, baja», esta descendiera del techo con la iluminación adecuada. Creo que la gente está saturada de lo tecnológico, por eso debemos volver a lo natural empleando esa tecnología como una aliada invisible. Es un reto, porque hay que considerar todos los aspectos del comportamiento humano. No obstante, para mí tiene sentido y es algo que me apasiona.

ROOM Diseño. – Durante muchos años fue director creativo de Bang & Olufsen, ¿cómo abordó la naturalidad en este sentido?
Johannes Torpe. – Pusimos mucho esfuerzo en hacer que los productos fueran lo más «antitecnología» posible, posicionando la intuición humana como lo más importante. De esa manera, quitamos todas las capas para que las piezas fuesen más sencillas, algo que no siempre es fácil. Tenía un viejo compañero en B&O, Lyle, con el que hice objetos muy avanzados que se volvían cada vez más complejos. Cuando se lo comenté, él me dijo: «No hay problema. Podemos añadir una capa de simplicidad”. Pero entonces me di cuenta de que nunca deberías añadir una capa de simplicidad, más bien tienes que hacerlo todo más simple desde el principio.

Torpe elige depurar sus trabajos con un propósito específico. Para ejemplificar, nos hace pensar en una navaja suiza. “Esta puede hacer muchas cosas: tiene un destapador, una navaja, un abridor de botellas de cerveza. Pero la realidad es que es una navaja realmente mala. Es preferible hacer una navaja realmente afilada que corte bien, en lugar de intentar hacer una navaja que haga diez cosas de forma mediocre”.

Hablar la cultura
El storytelling en cualquier campo creativo es extremadamente relevante. “Diseñamos un restaurante en Copenhague llamado Levi, donde mezclamos comida japonesa e italiana, y el planteamiento debía hablar ese lenguaje híbrido, reflejando ambas historias en los materiales, sabores y servicio”, nos cuenta. En ese caso, el encargo era más íntimo o personal y pudo controlar completamente el escenario lírico, pero no ocurre lo mismo cuando debes trabajar para un tercero que ya tiene todo establecido. “Cuando colaboras con un conglomerado de 350 000 personas y debes ayudarles a mejorar sus productos todo se vuelve muy complicado. En esas ocasiones, les damos una narrativa muy pura para que puedan decidir si la usan o no. A veces funciona, otras no.” A pesar de ello, cree que es necesario enfrentarse a ambos desafíos.

ROOM Diseño. – ¿Cuál cree que es el papel del diseñador en la narrativa del proyecto?
Johannes Torpe. – Considero que los proyectos siempre cuentan su propio relato. Creo que el diseñador es un director de orquesta, mientras que las demás personas con las que trabaja son los músicos que desempeñan un papel clave en la creación. Para que todo funcione, hay figuras clave que deben interactuar entre sí, mientras que el resto debe hacer que todo encaje. Eso es algo muy importante en la etapa de creación: entender cómo colaborar juntos de manera fluida, respetar el proceso y también confiar en él. Porque nadie, ni siquiera el director, puede garantizar que el resultado será perfecto. La perfección no existe, lo que existe es la mejor práctica posible: eso es lo que finalmente se materializa.

El idioma puede ser una barrera que a veces nos limita. Pero si llegamos a comprender de dónde vienen las personas y la cultura de cualquier país, esto nos permite respetar sus elementos y, al mismo tiempo, desafiarlos.
Johannes Torpe
ROOM Diseño. – Ha trabajado con marcas y clientes de todo el mundo, ¿de qué forma adapta su visión de diseño a diferentes culturas sin desprenderse de su esencia creativa?
Johannes Torpe. – Diría que el lenguaje es poder, pero creo que uno de los roles de un creativo es también hablar la cultura. El idioma puede ser una barrera que a veces nos limita. Pero si llegamos a comprender de dónde vienen las personas y la cultura de cualquier país, esto nos permite respetar sus elementos y, al mismo tiempo, desafiarlos. Me interesa mucho la riqueza cultural de cada sitio porque puedo hacer mi propia interpretación. Es una gran ventaja si posees la capacidad de dejar de lado de dónde vienes y entender el entorno sin hablar la lengua, encontrando tu propia manera de traducir esa visión.


Crear el espacio en la Tierra
Desde los cinco años, su fascinación por el universo ha sido casi fanática; recuerda vívidamente el impacto que tuvo en él ver 2001: Una odisea del espacio. No solo por su estética futurista, sino por lo que la película contaba —ya en 1967— sobre la evolución humana y la inteligencia artificial; temas que hoy siguen más vigentes que nunca. Y esa pasión no se quedó en la infancia. Le llevó a colaborar con algunas de las organizaciones más importantes del mundo: ha dado conferencias en la NASA en Estados Unidos y en la ESA, tanto en España como en Francia.
Nunca deberías añadir una capa de simplicidad a un objeto, más bien tienes que hacerlo más simple desde el principio.
Johannes Torpe
ROOM Diseño. – En ese sentido espacial, ¿cuál sería su proyecto soñado?
Johannes Torpe. – En este momento, con toda esta nueva carrera espacial de multimillonarios como Elon Musk y Jeff Bezos, que no tiene nada que ver con la exploración sino con el poder, creo que hay que ofrecer experiencias espaciales aquí en la Tierra. Nuestro planeta es increíblemente hermoso, y hay muchos lugares que parecen Marte o la Luna. ¿Por qué no promover vivencias cercanas al espacio sin salir del planeta? Hemos hecho proyectos en Islandia, en Hungría y en Lituania. Y en dos semanas vamos a concluir uno nuevo en el Cabo Norte, Noruega, una de las zonas más desoladas del mundo. No hay gente, no hay nada. Originar algo allí para que las personas puedan conectar con la naturaleza en su estado más puro desde un entorno de belleza me interesa muchísimo.

Y, lo siguiente que diría, es que quiero hacer más propuestas de transporte. Recientemente diseñamos los nuevos trenes de alta velocidad en Dinamarca. Y eso también me parece fascinante, porque es un modo de moverse teniendo en cuenta la sostenibilidad, la comodidad y la belleza. Estas son las dos cosas que tengo en mente: no se trata de ir fuera, sino de crear el espacio aquí dentro.
