El nuevo Minimatik 39 date de NOMOS Glashütte habla de proporción, de ética mecánica y de una belleza que no necesita presentación. Un ejercicio de contención que convierte al tiempo en algo más que una medida para ser un gesto mínimo

La pureza del diseño en los relojes de NOMOS
A veces lo más radical es negarse al exceso. Volver al silencio cuando todo compite por hacerse oír. El Minimatik 39 date de NOMOS Glashütte no busca subirse a ninguna ola porque prefiere caminar en línea recta, en equilibrio sobre la cuerda floja del diseño puro. Con sus 39 mm de diámetro, la pieza se ajusta con esa dignidad del que no pretende impresionar, pero deja huella. Y basta mirarlo un instante para saber qué detalle de su geometría ha sido pensado hasta la extenuación.

Este nuevo modelo no surge en un vacío, pues continúa una genealogía coherente iniciada en 2015, cuando la firma sajona —siempre fiel a su filosofía de manufactura— presentó el primer Minimatik. Aquella versión de 35,5 mm ya apostaba por la línea depurada y la ligereza visual; sin embargo, ahora la casa alemana amplía el campo sin traicionar sus orígenes, como una respuesta natural a la evolución en su lenguaje.


Minimalismo y claridad en el Minimatik 39 date
No cabe duda de que la belleza del Minimatik 39 date reside en su negativa a ser complaciente. Sin ornamento superfluo, sin juegos de texturas y sin dramatismo todo termina conduciendo a un único objetivo: la claridad. Su ventana de fecha discreta y desplazada se percibe como una nota al margen; mientras que sus agujas delgadas se ven precedidas de un segundero sutil que respira con su propio compás. En cuanto al color, se muestra contenido pero sugerente en azul oscuro, blanco plateado y oro champán: tres formas distintas de entender la mesura en una caja de acero inoxidable.

El corazón del reloj, no obstante, late con ambición. El calibre DUW 4601 con 52 horas de reserva de marcha —de cuerda manual— ha sido desarrollado íntegramente en Glashütte, y es una obra de ingeniería compacta: solo 3,6 mm de grosor, sin renunciar a la funcionalidad de una fecha ajustable en ambas direcciones. Y la maestría de la tradición relojera sajona se puede observar tanto el nervio pulido de los puentes como en el perlado de las platinas.


Hay en este reloj una voluntad de permanecer sin resistirse al paso del tiempo, de acompañarlo con elegancia y sin imposturas. Una razón por la que Minimatik 39 date recuerda a la arquitectura sobria de ritmo pausado, enseñándonos cómo el vacío minimalista importa tanto como la forma. NOMOS proyecta en sus creaciones una visión del mundo para aquellos que entienden que hay relojes que hablan bajo pero con voz firme. Y este nuevo Minimatik es uno de esos. Sin extravagancias, logra que quien lo observe con atención, no sea capaz nunca de olvidar su sencillez.
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