Ubicada en la emblemática colonia Roma de la Ciudad de México, la remodelación de la Townhouse en Tepic 22 fue concebida para un coleccionista de arte con pasión por los viajes y la adquisición de objetos únicos. Este proyecto no solo fusiona funcionalidad y creatividad, sino que también ofrece una experiencia arquitectónica y artística inigualable.
El principal eje de esa remodelación reside en su doble altura concebida como un pulmón que infunde vida por ser el principal espacio de exhibición de las obras y objetos de arte. En uno de sus extremos, destaca la obra protagonista en el espacio de Pablo Boneu, una impresión en cuerda de algodón de 6 metros de altura, alumbrada por lámparas especiales y por la iluminación natural del ventanal cercano. Del otro lado, un collage de obras de diversos artistas y técnicas complementan el espacio.
El arte, curado por la Maestra Marcela Cauduro de Branco Arte, se integra de manera orgánica al espacio. Obras de diferentes artistas y diversas técnicas se colocan estratégicamente, convirtiéndose en parte integral del diseño. Destacan también el collage de obras de artistas como Flor Minor, Antoni Tàpies, Marc Breslin, Keke Vilabelda, Edmundo Aquino, que aportan color y dinamismo.
La townhouse, con una superficie total de 230 m2 se distribuye en tres plantas.
En la planta baja, se impone la doble altura de 6 metros, donde se encuentra una barra para 8 personas que sirve como comedor y bar, así como una cocina abierta. En esta área se abre un ventanal de 5 metros con acceso a un balcón con vistas arboladas.
La segunda planta alberga la recámara principal con vestidor y baño. Inicialmente, el departamento contaba con dos recámaras, pero por las necesidades del cliente se tomó la decisión de convertirlas en una recámara principal más amplia con walking closet. Para derribar el muro de carga divisorio entre ambas habitaciones, la estructura se reforzó con la instalación de dos columnas y una viga de acero. La habitación cuenta con un ventanal de piso a techo y salida a un balcón. Para maximizar el espacio y evitar paredes adicionales, el vestidor de la recámara se convierte en un lambrín de madera de roble, sobre el cual se monta la pantalla de TV y una media luna de mármol de Carrara para alojar los equipos.
En la misma planta, se encuentra un espacio en mezzanine que funciona como cuarto de TV y recámara de visitas. Entre este espacio y la recámara principal, se dispone de un baño completo para la comodidad de los usuarios.
El roofgarden es otro espacio destacado; ofrece una vista completamente verde a la copa de los árboles de la calle y hacia las torres de Reforma. Se convierte en un oasis único en la frenética Ciudad de México. Separado por el cubo de escaleras, se encuentra un cuarto de servicio y patio de tendido.
La paleta de colores se inspiró en un estilo nórdico, con tonos claros y neutros, destacando acentos en gris oscuro y negro para permitir que las obras de arte proporcionen el color.
En la planta baja, la cocina abierta italiana es de la marca Pedini en colores latte, con una cubierta casi negra de Dekton de Cosentino. Los baños están revestidos con un porcelanato de gran formato tipo terrazo en color claro, generando una sensación de amplitud. Los lavabos fueron elaborados en mármol travertino jalapa, con detalles que ocultan las coladeras tanto en los lavabos como en las charolas de las regaderas.
Los pisos de madera de ingeniería de roble claro, instalados en espiga, aportan un toque de elegancia al espacio. Las puertas, también en madera de roble, presentan un diseño enduelado en horizontal, con detalles laterales en negro, alcanzando la altura total de 3 metros por piso.
En el roofgarden, se instaló una techumbre de acero con vidrio templado y película filtrasol para protección contra los rayos UV y el calor. Este espacio cuenta con una sala de madera de parota con cojines Sunbrella y un baño independiente. Además, está equipado con proyector y pantalla retráctil, sistema de sonido estéreo y una barra.
La iluminación cuidadosamente planificada, diseñada y personalizada, clave en el proyecto, es automatizada con sistema Lutron, permitiendo la creación de escenas diferentes según la atmósfera deseada. El espacio se transforma con la iluminación artificial complementando la iluminación natural a lo largo del día y generando un juego de sombras único.
La vegetación desempeña un papel fundamental tanto en el interior como en el exterior, fusionándose con el arte y creando una experiencia única. En el roofgarden, se ubicaron unos árboles de olivo y garras de león, así como una jardinera que hace las veces de huerto con especies como romero, hierbabuena, albahaca, menta, jitomates cherry que se utilizan en la cocina. En el comedor encontramos un olivo de 5.5 m el cual ha crecido de forma vertical, y hace un contraste por ser una vegetación árida que contrasta con la paleta de materiales presente en el proyecto, el árbol es iluminado por el ventanal de la estancia y en los dos balcones podemos encontrar macetones con garras de león que se asoman a la calle y otorgan privacidad ya que la frondosidad vegetal que caracteriza a esta especie genera un límite entre el exterior y el interior.
La experiencia de vida en este proyecto transporta y recrea la sensación de estar en una ciudad europea, gracias a sus alturas impresionantes y vistas arboladas, las cuales convierten este espacio intimo en una experiencia holística, artística y sensorial que despierta los sentidos en la congestionada colonia Roma de la Ciudad de México.
El diseño arquitectónico de este proyecto crea un encuentro cercano con el arte, donde cada pieza está perfectamente ubicada y colocada con precisión y destreza en cada uno de los espacios específicos. Desde esculturas en el descanso de la escalera hasta las diversas piezas en cada rincón, el arte se convierte en una parte intrínseca y omnipresente.
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- Branco Estudio