M25 es un hub tecnológico. En su interior aloja un espacio de cowork para startups, una escuela de programación y espacios para celebración de eventos.
Acoge así todo un ecosistema en el que los profesionales del sector encuentran espacio para desarrollarse, compartir conocimientos e ideas y crear una comunidad afín.
Con este concepto en mente, los creadores de M25 decidieron contactar con 2BOLD para convertirlo en una realidad. Entre sus premisas había una que tenía especial relevancia: querían que el eje vertebrador del proyecto fuese la comunidad. Lo más importante era que todo el mundo se sintiese acogido, ‘como en su sala de estar’.
Otra clave fundamental pasaba por generar un entorno amable y sosegado en que los estímulos fuesen enfocados a reforzar el bienestar del usuario, permitiendo así que las ideas pudieran fluir.
Con este planteamiento sobre la mesa, se escogió como espacio para la implantación una céntrica nave industrial de los años 60, ubicada en la ciudad de Madrid y cuya vida anterior fue la de garaje de reparación de automóviles.
Compuesta de dos cuerpos (un local con acceso desde la calle y una gran nave posterior) la intervención planteada se basó en el respeto por la preexistencia, la puesta en valor de la espacialidad y la mejora del bienestar de los usuarios.
De este modo, se mantenía el espíritu de la nave, poniendo en valor su arquitectura, y consiguiendo una atmósfera única que dialogase con el nuevo uso y con sus habitantes.
EL ESPACIO COMO FACILITADOR DE PROCESOS Y RELACIONES
El espacio contiene una gran diversidad de áreas con diferentes grados de privacidad y variedad de atmósferas con el fin de acoger las diferentes necesidades de los usuarios a lo largo del día.
Así, entre las salas cerradas (con un mayor grado de privacidad), aparecen una serie de espacios abiertos que fomentan la conexión entre los ocupantes, facilitando la colaboración, la socialización y el intercambio de ideas y conocimiento.
El programa consta de:
– 8 despachos para equipos de entre 4 y 12 miembros
– 3 salas de reuniones
– 5 cabinas de llamadas
– 3 aulas de formación
– 1 espacio de ideación con tabiquería móvil para reuniones informales
– 1 ágora de presentaciones
– 1 chill out
– 2 barras de preparación de cafés y comidas
– 2 zonas de trabajo informal
– 1 zona abierta de reuniones express
EL BIENESTAR EN EL CENTRO
En cuanto a la materialidad, y en busca de la sostenibilidad, se eligieron elementos de mampostería y materiales en crudo como acabados, acompañados de una paleta de colores neutros que los realzara. Con ello se pretendía conectar a los usuarios con el espacio a través de estímulos táctiles y visuales, al tiempo que se creaba un entorno tranquilo y memorable.
Los principales materiales escogidos fueron acero cepillado para el revestimiento de algunas paredes, bloques de hormigón y conductos de ventilación para crear el mobiliario, y metal estirado como falso techo.
Como acabados del mobiliario, se incluyeron distintos tipos de madera y textiles para generar mayor comodidad a los usuarios.
Todo ello, junto con la capa de corcho proyectado que se utilizó para cubrir las paredes de ladrillo, contribuyó no sólo al look&feel general, sino también a mejorar la acústica (especialmente en las zonas comunes).
Otro aspecto clave del bienestar fue el cuidadoso diseño de la iluminación. Para ello Alba Abad Carretero (diseñadora de iluminación) se incorporó al equipo de trabajo con el fin de plantear una solución acorde con las características del espacio y las necesidades de sus usuarios.
Así, se maximizó la iluminación natural y se complementó con iluminación artificial de bajo consumo. El diseño se basó en un único tipo de luminaria LED, basada en perfiles de aluminio con difusores de tela. Su sistema sencillo y adaptable permitió la producción de piezas para resolver casos muy diferentes, permitiendo integrar un diseño unitario en la arquitectura, contribuyendo a realzarla.
El interior de las salas se equipó con un sistema de regulación de potencia, permitiendo a los usuarios adaptar los niveles de luz en función de sus necesidades específicas.
Y por último, pero no por ello menos importante, la inclusión de vegetación fue una de las estrategias clave para contribuir al bienestar. Conocida por mejorar la calidad del aire y reducir los niveles de estrés, la vegetación se concibió como parte fundamental del diseño.
Dada la naturaleza de la propuesta (compuesta por pequeñas cápsulas con carácter acogedor en torno a un espacio común casi urbano), la idea de introducir la naturaleza en ella fue una de las primeras decisiones del proyecto. Teniendo esto en cuenta, se fabricó una serie de jardineras metálicas a medida con una cuidada selección de especies con el fin de poblar el espacio y llenarlo de vida.
MARCA, IDENTIDAD Y COMUNIDAD
El diseño de marca fue incluido en el propio encargo desde un inicio, contribuyendo a traducir la esencia del hub a todas las estrategias de diseño planteadas.
Para ello se incorporó al equipo de arquitectura María Carmona, diseñadora de marca, con la que se trabajó, codo con codo, siempre involucrando a los clientes en el proceso. Así surgió la idea principal que dotaría a toda la intervención de un hilo conductor, reforzando la relevancia de su ecosistema y dándole un carácter único al espacio.
Como punto de partida se escogieron los arrecifes de coral. Los corales son especies fundadoras cuya existencia se basa en la simbiosis. Cuando se instaura un arrecife (idealmente a 25ºC y 25m de profundidad), genera en su entorno un ecosistema especialmente rico que acoge muchas otras especies.
Con el fin de acercar esta esencia a los usuarios, se planteó un sistema de señalética y aplicaciones gráficas que mediante su materialidad y mensajes involucran al lector en el discurso. Los soportes escogidos, remiten a las ondas marinas y al aspecto opal de los corales, mientras que la paleta de color, contribuye a cerrar esta sensación acuática en un entorno natural.
Así fue como el proyecto no sólo consolidó su carácter, sino que también tomó su nombre: M25.
CRÉDITOS DEL PROYECTO:
Equipo de diseño y coordinación:
Arquitectura: 2BOLD (Aída G. Pinillos, Pablo Santos Herrán y Sara Pérez Martín)
Diseño de marca: María Carmona
Diseño de iluminación: Alba Abad Carretero
Cálculo de estructuras: Jorge López Hidalgo
Diseño de instalaciones: Salvador Agramunt
Visualizaciones 3D: Eva González Alonso
Equipo de obra y proveedores:
Constructora: Zimenta
Luminarias a medida: Suacara
Mobiliario de trabajo: Forma5
Pavimentos: Kobertec
Vegetación: Ambius
Textiles: Candelas Moda y Arquitectura
Fotógrafos:
Fotografía de arquitectura: Rubén P. Bescos
Fotografía de señalética: María Carmona
- Estudio
- 2BOLD