Esta vivienda situada en el barrio de moda de la ciudad, Ruzafa, juega con la combinación de ladrillo visto, curvas y mobiliario minimalista.
Pasado y presente en un mismo espacio
El ladrillo visto, con sus tonalidades cálidas y su textura robusta, sirve como testigo de la historia que ha vivido la estructura a lo largo del tiempo. Al integrar este elemento arquitectónico preexistente, se ha logrado preservar la autenticidad y la esencia del lugar.
Las curvas del falso techo y las paredes, en cambio, introducen una estética contemporánea que contrasta de manera deliberada con la rusticidad del ladrillo. Estas formas suaves y orgánicas añaden dinamismo y modernidad al espacio, creando un diálogo visual entre dos épocas diferentes.
Cocina abierta al salón
El estudio aplicó la tendencia del open concept para crear una mayor sensación de amplitud, conectando la cocina con el salón.
Además, la luz natural desempeña un papel crucial en este diseño, ya que atraviesa estratégicamente la sala, resaltando detalles arquitectónicos y aportando calidez al ambiente. Grandes ventanales que, combinados con lámparas circulares, moldean de forma delicada la percepción del espacio.
Larga vida a las curvas
Las formas curvas además de estar presentes en la zona de la cocina, trazan la parte superior del hogar buscando esa continuidad y armonía visual.
- Estudio
- Vimarvi Arquitectura