El trabajo de estilo y reforma llevado a cabo por Brákara Studio en este piso de unos 65 metros cuadrados es indiscutible.
“Un estilo muy particular, marcado por contrastes entre el estilo industrial, lo contemporáneo y los toques vintage”. Así define Brákara Studio la línea estética adoptada en la reforma integral de este piso, de 60 metros cuadrados, ubicado en el centro de Barcelona.
La reforma ha procurado distribuir el espacio, dando prioridad al aprovechamiento máximo de la luz natural. La nueva distribución -anteriormente formaba parte de una vivienda de grandes dimensiones- ofrece dos dormitorios, una habitación de lectura, un baño y una zona de día abierta.
Una zona de día abierta y luminosa
Para facilitar la sensación de amplitud y la entrada de la luz natural en cocina, salón y comedor se ha apostado por zonas comunes abiertas.
La cocina, en forma de L, juega un papel destacable en este proyecto. De corte minimalista, se ha escogido un cromatismo en blanco y negro, que viene marcado por líneas rectas, tanto en el mobiliario como en la gran ventana de cuarterones sobre la zona de aguas. Se incluyen algunos detalles orgánicos, que le dan personalidad, como el fregadero de estilo vintage con frontal visto y la campana negra cilíndrica.
A medio camino entre la cocina y el salón, el comedor pone una nota retro y elegante. Está formado por una mesa redonda y sillas de madera oscura.
En el salón, se ha procurado crear una base neutra para potenciar la luz. Paredes en blanco, sofá tapizado en gris y mueble bajo para la TV en un blanco roto con perfiles en negro.
Los elementos de diseño contemporáneo se mezclan con otros vintage. Así, por ejemplo, se han restaurado los radiadores originales de hierro y se han añadido pequeños objetos decorativos que antiguamente había en las casas, como una botella de sifón o uno de los primeros teléfonos de sobremesa.
La icónica butaca de cuero The Superstar, diseño danés de los 70s, junto con las cortinas de lamas verticales armonizan y contribuyen al carácter retro del salón.
Dos dormitorios diferentes y con personalidad
En las habitaciones se han sustituido paredes por elementos divisorios como cristaleras, que permiten el paso de la luz. Para controlar la privacidad se han integrado cortinas, que pueden ser utilizadas según las necesidades del espacio.
El diseño de los dos dormitorios persigue diferenciarlos mediante diferentes materiales y acabados. La habitación principal es acogedora con toques de estilo industrial. Aquí la pared original queda desnuda en su parte central para destacar el cabecero de la cama y dar profundidad a la estancia. Las dos lámparas colgantes de Marset sobre las mesitas de noche de madera oscura, así como los textiles y cojines conjuntan en una gama cromática que resulta muy cálida.
En el otro dormitorio, la corredera negra deja ver la estancia. La pared del cabecero de cama destaca del resto pintada en azul. Se han utilizado mesillas de noche de estructura ligera. Los tonos amarillos y azules muy vivos en cojines y láminas decorativas añaden una chispa de desenfado a la estancia.
Un rincón de lectura ideal
La pasión por la lectura de sus propietarios requería crear un pequeño rincón separado del resto donde abstraerse leyendo. En este espacio el rey indiscutible es el icónico sillón de cuero negro Eames con su puf. En la pared, destaca la librería String, años 50, en metal negro y acacia maciza.
Baño de estética vintage
Es en el baño donde la apuesta por la estética más vintage es más fuerte. Con materiales como el terrazo negro y un mueble de baño de madera que se ha restaurado y adaptado para el espacio. Las griferías y los complementos se han escogido acabados en negro, lo que genera contraste con las paredes blancas.
El trabajo de estilo y reforma llevado a cabo por Brákara Studio en este piso de unos 65 metros cuadrados es indiscutible. Una sabia mezcla de estilos vintage, industrial y contemporáneo más una distribución que aprovecha al máximo tanto el espacio como la luz natural, lo ha convertido en un piso acogedor, agradable y con muchísimo carácter.
Fotografías Jordi Folch
Estilismo: Mar Gausachs
- Estudio
- Brákara Studio