La firma de relojes suizos Hublot ha colaborado con Daniel Arsham para crear una obra escultórica en mitad de los Alpes. Se trata de Light & Time, un inmenso reloj de sol hecho de hielo que va lentamente desapareciendo mientras cumple su función.
En su famosísimo lienzo La persistencia de la memoria, Salvador Dalí jugaba con un concepto imposible en unos simbólicos relojes blandos que se derretían ante la mirada del paisaje; haciendo creer a cualquiera que los observe que es incólume ante la devastación del avance de las manillas. Un pensamiento tremendamente impío e incrédulo frente al tiempo, ese gran enemigo de todo lo que existe. En los Alpes, Daniel Arsham ha buscado mostrar esa misma fatalidad dual: hielo efímero para saber las horas eternas.
Hublot y Daniel Arsham
El artista neoyorquino se ha consagrado al hielo en el encargo artístico de la firma de relojeros suizos Hublot, de quien ahora es embajador. El resultado es Light & Time, un enorme reloj de sol enclavado a una altitud de unos 2600 metros en Schwarzsee, un icónico punto de los Alpes donde el pico Matterhorn actúa de telón de fondo.
El gélido land art escultórico mide alrededor de 20 metros de diámetro, por lo que únicamente puede ser contemplado en su totalidad desde arriba, en una perspectiva que se logra llegando a la cima de una elevación cercana tras echar mano de los remontes de Zermatt, un centro turístico de esquí, montañismo y excursionismo al sur de Suiza.
El gélido reloj de sol de los Alpes
Mientras el sol se mueve, va derritiendo Light & Time y haciéndole cumplir, a su vez, su tarea principal: la de proyectar la larga silueta de su obelisco central, cuya forma es la de un cristal de cuarzo. De ese modo, la luz también se vuelve un componente del tiempo, una idea cósmica de cómo Hublot ha congeniado su herencia histórica con el futuro de los relojes. La marca también está presente en los volúmenes sobre los que se señalan las horas, ya que se basan en los tornillos que aseguran el bisel de sus obras de ingeniería precisa. Hechos con el mismo material que el nevado suelo sobre el que se asientan, terminarán por desaparecer.
Según el Arsham “físicamente, la instalación temporal captará algo de lo fugaz que puede ser el tiempo”. Sin embargo, también cree que puede ser “perdurable”, ya que, si bien su land art es perecedero, el recuerdo que ha creado será eviterno, uno “que trascienda el paso de los segundos, minutos, horas y días de todos aquellos que han subido la montaña para observarlo”.
En el lado opuesto del termómetro, Kengo Kuma reformula la sauna finlandesa a través de la madera y la curva.
Daniel Arsham es un artista norteamericano que trabaja la escultura, la instalación, a arquitectura y la performance. Todo vinculado al concepto de “espacio”.