La magnificencia de los palacios de antaño conserva un aura de misterio; ya sea por la historia que esconden o por su imponente arquitectura exterior e interior. Ahora la firma COS nos traslada a un universo imperial donde los frescos rococós y sus productos se fusionan en un mismo espacio: su tienda dentro del famoso Palazzo Menz de Bolzano, Italia.
La elegancia rococó del Palazzo Menz de Bolzano
Muchos son los detalles que las construcciones nobiliarias guardan con recelo en un siglo donde todo se expone sin compromiso. Sin embargo, estos fantasmas gloriosos del pasado, pertenecientes a familias de apellidos extintos, ven peligrar su existencia hacia el terrible abandono o el derribo, como los casos que Dan Barash contaba en su libro Ruin and Redemption in Architecture. Es por eso que la reconversión en edificios institucionales o dirigidos hacia otras actividades económicas resulta un aliciente para infundirles un largo suspiro de vida.
En una ciudad como Bolzano, capital en su día de grandes comerciantes, son cuantiosos los palacios que adquieren otra función distinta. La elegancia del Palazzo Menz también se suma a esta dinámica, pero es su salón de baile el lugar de encuentro que tanto encandila a turistas o a firmas de moda internacionales como COS. Construido en 1670, fue durante el siglo XVIII cuando se llevaron a cabo remodelaciones que lo transformaron en un ejemplo decorativo de residencia estilo rococó. Un entorno apropiado para que la marca sueca nos sumerja en una compra inmersiva.
Espejos y frescos en la instalación de COS
La opulenta atmósfera dieciochesca inunda la estancia llena de molduras. Los frescos del pintor austríaco Johann Josef Karl Henrici rodean el perímetro con escenas mitológicas de corte clásico. La inspiración de la escuela veneciana, y especialmente de Tiepolo, se refleja en las pinceladas de sus cuadros murales llenos de actitud barroca y esplendor colorista, con apuntes exóticos en Masked Party y Triumph of Love.
El ejercicio de COS engrandece el espacio insertando un juego espejado que multiplica la visión artística del entorno. Pedestales con espejo y expositores cubiertos con capas de tela de malla transparente generan un circuito laberíntico por el que perderse y sumirse en una catarsis pictórica. Así, mientras se ojean los artículos de COS, uno puede también adentrarse en la historia del Palazzo Menz mediante el arte circundante. Esta operación se continúa en la sala de al lado, donde las mesas con superficies de piedra —de Stüdtirol Stein— exhiben productos de la firma, no sin ello homenajear el paisaje de Bolzano.
«La instalación se inspira en el impresionante entorno de la ciudad circundante, desde los picos de los Dolomitas que desaparecen en un mar de nubes hasta una hermosa plaza pública en el corazón de Bolzano, utilizando materiales para enriquecer y reflejar las obras de arte», afirman desde COS. Y es que, a pesar de que la multinacional sueca sea famosa por sus instalaciones, con esta intervención asegura una experiencia de compra distinta. Un viaje temporal donde la estética rococó se funde con la línea minimalista de la marca.
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Es una ciudad italiana conocida por su actividad comercial; actualmente es también un activo centro industrial y turístico.
El Palazzo Menz fue construido en 1670 y comprado en 1753 por la familia Menz, miembros prestigiosos del patriciado comercial de Bolzano.