El mundo del circo se introduce en el nuevo espacio logístico de la firma de moda Breuninger

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El mundo del circo siempre ha sido un escaparate idóneo en el que inspirarse para atraer a la gran masa. Su morfología moderna no se gestó hasta 1768 y, aunque haya sufrido varias transformaciones hasta llegar al presente, nadie olvida las grandes carpas rojiblancas recortando el paisaje. Esta visión tan atractiva es la que toma el equipo del Studio Alexander Fehre para convertir la sede logística de la marca Breuninger en un nuevo espacio lleno de vida y color.

Breuninger. Studio Alexander Fehre.

El mundo del circo en el corazón de Breuninger

La estética circense posee un matiz lúdico y vintage. Podríamos asociar su imaginario con una fuente de inspiración para establecer un ejercicio de marketing exitoso. Cuando no existían las redes sociales ni internet, este espectáculo ambulante era capaz de atrapar la atención de localidades enteras bajo sus luces de farol. Como un flautista de Hamelín que, sin hacer sonar su instrumento, hacía aparecer una tropa de niños entusiasmados por un universo lleno de olor a caramelo y diversión infinita.

Es por eso que tomar como referencia el juego del circo puede convertir un lugar en algo completamente distinto. El centro logístico de la marca de moda Breuninger, en Sachsenheim (Alemania), pone en práctica este espejismo gracias a la tarea de Studio Alexander Fehre. De repente, una zona de trabajo deja de ser una zona de trabajo para transformarse en un espectáculo de interiores creativos: una simbiosis festiva entre el circo y el mundo laboral.

Breuninger. Studio Alexander Fehre.

Un recorrido por la sede de Breuninger

Lejos del bullicio urbano, la sede de Breuninger se ubica en un polígono industrial ocupando 4500 m2 en su totalidad. Esta extensión le permite agrupar oficinas al uso, un estudio fotográfico y un espacio conceptual; la entrada se lleva a cabo a través de un túnel subterráneo, pero una vez dentro, todo se convierte en un show en vivo.

Breuninger. Studio Alexander Fehre.
Breuninger. Studio Alexander Fehre.

La explosión visual cautiva de manera inmediata. Los distintos ambientes se separan de un modo sutil, generando una continuación fluida entre los elementos. Una grada curva en blanco nuclear eleva un escenario a modo de pasarela recogiendo las siluetas estáticas de unos maniquíes; mientras, los muros de metal corrugado brillan con intensidad en varios rincones y provocan un contraste con los suelos mate, invadidos por gráficos geométricos en rojo intenso. Y presidiendo el pedestal níveo como protagonista indiscutible, una bola rojiblanca sostiene una pantalla con la información para los trabajadores.

Breuninger. Studio Alexander Fehre.

No hay líneas que separen un ejercicio de otro porque todo circula en una misma dirección. La cocina central en tonos cálidos —y cercada por una cortina de plástico industrial— posee una serie de luminarias que simulan los platillos de un malabarista. Asimismo, existen distintas áreas de encuentro con matices destacables: en una de ellas reina un sofá redondo de terciopelo iridiscente, en otra, los asientos de peonza se presentan inquietos, como si fuesen animales salvajes a punto de saltar en cualquier momento.

Studio Alexander Fehre intuye el ajetreo diario que alienta al terreno de la moda, es por eso que plantea un entorno contra-conceptual para las oficinas más tradicionales, almacenes y cabinas para las sesiones fotográficas. Para ello emplea la técnica del colorblock usando la ruptura geométrica en las paredes. Las estancias destinadas al desarrollo de tareas precisas conviven con ruedas de la fortuna o aros de domadores de leones. El discurso circense no cesa, ni siquiera entre bastidores.

Breuninger. Studio Alexander Fehre.Breuninger. Studio Alexander Fehre.
Breuninger. Studio Alexander Fehre.

Todo el conjunto se advierte tan híbrido como las antiguas casetas que recogían trapecistas, payasos y fauna exótica. La combinación cromática provoca la psicodelia propia de la farándula. El proyecto de Studio Alexander Fehre da como resultado una reconfiguración de la atmósfera profesional: lo que antes exigía seriedad ahora se contamina de júbilo, llegando incluso a modificar el discurso y la imagen de marca de una empresa. Tanto es así que visitar la sede de Breuninger significa ingresar a la carpa principal de un circo único. Uno en el que no hace falta lanzarse por los aires para poder sentir su magia.

En este enlace puedes encontrar otros interiorismos de oficinas.


¿Dónde se encuentra el centro logístico de la firma Breuninger?

En Sachsenheim, Alemania.


¿Quién ha sido el encargado de realizar el proyecto interiorista?

El estudio alemán con sede en Stuttgart Studio Alexander Fehre.


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