Un amigo, que vivió varios años en Londres, me contó la extraña impresión que le produjo toparse con la estampa de ladrillo de la central eléctrica Battersea Power Station. En ese momento, él no sabía nada de tal construcción industrial; sin embargo, durante un instante aquella mole —coronada por cuatro altas chimeneas—lo dejó paralizado. Inmediatamente vino a su memoria la portada del álbum Animals de Pink Floyd, que inexorablemente le recordó a su padre.
Desde Pink Floyd, un mar de carátulas
Esta imagen en una carátula, en la que un cerdo hinchable sobrevuela esa factoría de energía, es una recreación simbólica orwelliana nacida de los cerebros de Storm Thorgerson y Aubrey Powell, fundadores del colectivo artístico Hipgnosis, en el que desarrollaron auténticos diamantes gráficos, tan icónicos como la música que ilustraban. Led Zeppelin, Black Sabbath, AC/DC, Peter Gabriel o los citados Pink Floyd, entre otros, pusieron el lienzo de sus discos en las manos de estos dos diseñadores ingleses.
Posteriormente, a principios de los años noventa, Thorgerson constituyó StormStudios —junto a Peter Curzon—, una firma que dio continuidad a su labor creativa en el territorio de los amplificadores. Tras su fallecimiento en 2013, StormStudios es un consolidado y multidisciplinar equipo de creadores que transita la senda de su progenitor inspiracional, configurando composiciones visuales para bandas contemporáneas muy valoradas: Muse, The Mars Volta, Audioslave, Biffy Clyro…
El surrealismo figurativo de StormStudios
Existen dos nexos fundamentales entre los trabajos históricos de Hipgnosis y los actuales de StormStudios que, ineludiblemente, remiten a la genética de Thorgerson. Por un lado, desde una perspectiva conceptual, hay aspectos que rememoran el surrealismo figurativo de la primera mitad del siglo XX; principalmente la ambigüedad expresiva de René Magritte y la delirante épica de Salvador Dalí.
Por otro, es muy característica la definición fotográfica naturalista de situaciones absolutamente oníricas, lo cual genera una sensación perceptiva muy interesante. Esta peculiaridad formal fue, de hecho, una de las señas de identidad Hipgnosis, ya que sus complejísimos planteamientos y escenas eran —casi siempre— recreaciones reales, lo que les otorgaba una verosimilitud hipnótica y, por qué no, poética.
En este sentido, StormSudios recoge el testigo con un manejo exquisito del desarrollo digital, manteniendo la veracidad de sus imágenes, por mucho que estas se distancien del orden lógico del entendimiento. Por ello, sus obras proyectan una alta intensidad emocional y una significación ajena a la ortodoxia cotidiana. En definitiva, una singular bandeja de plata en la que servir al gran público los decibelios de sus sónicos clientes.
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