En los inciertos tiempos provocados por la pandemia de COVID-19, Studio Aisslinger ha planteado la base europea de la marca de accesorios LOQI en Berlín. El estudio alemán propone un espacio adaptativo donde poder cumplir las recomendaciones sanitarias sin renunciar a la vitalidad.
La oficina flexible de LOQI en Berlín
Studio Aisslinger nos sugiere una oficina flexible y amplia, un entorno seguro, un organismo vivo que se puede ajustar a las necesidades cambiantes del equipo. El emplazamiento de LOQI en Berlín es diáfano, un lienzo en blanco que se va salpicando con distintas tonalidades. El alegre diseño a través del color define y delimita claramente cada una de las áreas, pero también favorece la creatividad y rompe con la tónica de la monocromía grisácea de los cubículos más clásicos , tan fríos, geométricos y deshumanizados.
El mobiliario proyectado por Studio Aisslinger y las luminarias de B.Lux continúan la estética colorista que ayuda a generar un contexto animado y fresco. La división del lugar en diferentes partes funcionales se realiza mediante componentes flexibles como biombos, telas, útiles transparentes y alfombras mullidas. Con estos no solo se establece una fluidez más dinámica que la zonificación tradicional con elementos fijos, sino que también conforman una acústica adecuada que no podría haberse logrado con la sede al desnudo.
La oficina dispone de menos superficie de mesa, ya que los ambientes colaborativos aparecen dispersados y se convierten en sitios de reunión o de socialización que se pueden modificar, pero que aseguran que se respeten las normas de distanciamiento. Además, estas áreas posibilitan que el empleado cambie de postura para no pasarse 8 horas en la misma silla.
Los requisitos para una oficina pospandemia
Los puntos para el trabajo individual se introducen como cápsulas que garantizan la privacidad. El diseño de esta cabina pertenece al propio Studio Aisslinger y es, de manera casi literal, un cohete para ir a la luna, un refugio de introversión para aislarse. Generalmente, estar en la luna se ha considerado negativo, pero quien no viaja al espacio no puede alcanzar las estrellas.
Estos rincones desconexión son hoy, en tiempos de COVID-19, más que nunca necesarios . El estrés es una de las enfermedades por antonomasia del siglo XX; términos como desgaste profesional y workaholic nos resultan cada vez más familiares, y la sensación de estar permanentemente conectado a las faenas laborales son cada vez más preocupantes.
Está demostrado que el rendimiento está ligado a la felicidad. La evolución de los entornos de trabajo está permitiendo que se hagan más flexibles y confortables, con mayores zonas informales que potencien la interacción espontánea. A veces necesitamos ser David Bowman y desconectar a HAL.
En este enlace puedes ver el proyecto Oficina Sannouno, otra oficina flexible pospandemia