Annud es una empresa joven– editora y estudio de diseño en uno– y tiene como misión desarrollar mobiliario Made in Valencia. Su filosofía se basa en una elaboración de proximidad, con procesos respetuosos que ponen en valor la importancia del trabajo de cada taller y cada artesano.
“Buscamos no solo complacer, sino también conversar, informar y abrir la curiosidad a través de nuestros productos, que siempre tienen una historia que contar. Nacemos para hacer muebles originales, honestos y frescos que ayuden a crear espacios singulares y únicos”. Con esta máxima como declaración de intenciones, repasamos dos de sus proyectos más significativos de 2020.
SHELL por BambúStudio
Shell es una serie de sillas pensadas para poblar tanto lugares públicos como privados. Javier Moreno, autor de la colección y fundador de BambúStudio, explica que “la combinación de metal y madera pretende representar el contraste entre lo sólido y lo maleable”, aunque en este caso ambos materiales han sido moldeados.
Tanto la plancha de una sola pieza que constituye el asiento y el respaldo de la versión en madera como la estructura tubular que la sujeta. Dentro del conjunto vemos variables que se convierten en taburete o sillón. Sus formas son de una familiaridad reconfortante, la mezcla justa entre practicidad y elegancia, como si fuera el resultado de la fusión entre una silla de colegio y una de Jean Prouvé.
Los herrajes ocultos aportan limpieza a un modelo de dos partes que aparentan estar unidas por un vínculo invisible.
BALLOON por Clap Studio
En esta ocasión, estamos ante un repertorio de butacas cuyo objetivo era evocar sensaciones antes de ser tocadas. Àngela Montagud y Jordi Iranzo –o lo que es lo mismo, Clap Studio– se preguntaron: “¿Cómo transmitir comodidad de manera visual?”. No algo cómodo de mirar –que también–, sino que sugiera siestas, horas de lectura, charlas o cualquier otra actividad para la que el confortsea un elemento clave. Bueno, pues parece que asociamos este con el aspecto orgánico y las texturas mullidas.
Tomaron como referencia los globos, por ese juego entre tensión y flexibilidad que produce el aire contenido. Asiento y respaldo se ajustan al metal rígido de las patas, abrazándolas con toda su “esponjosidad”. Efecto visual conseguido.
En cuanto al tacto, el resultado es firme y agradable, como un globo, pero aquí en lugar de aire encontraremos poliuretano de alta densidad.
Los muebles inflables nunca han gozado de gran prestigio, pero todo es ponerse.
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