Hace unos años, los diseñadores del estudio nice&wise consiguieron hacer realidad su sueño de fabricar la primera serie de su Ecocapsule: una microvivienda autosuficiente que tiene forma de huevo para optimizar la recolección de agua y minimizar las pérdidas de calor.
En el exterior, una suerte de manta de células fotovoltaicas produce electricidad a partir de la radiación solar; tarea que comparten con el único elemento no integrado dentro del volumen ovoide: un aerogenerador que emerge como un periscopio hasta los 4,5 m de altura en busca del viento.
A esta tecnología, se añade un sistema de prefiltrado y esterilización —con radiación ultravioleta— del agua para su uso cotidiano, así como un inodoro seco. Además del aseo y una ducha, el interior lo completan una micrococina, una cama plegable de 1,65 m de anchura y mucho espacio de almacenamiento, con muebles ligeros de contrachapado con acabados de madera veteada. En definitiva, un lugar habitable — de 6,3 m2— para dos personas, protegido por una cáscara de fibra de vidrio aislante sobre una estructura de acero.
En una concepción distinta de la AirShip 002 de Roderick James Architects —montada in situ por el propio usuario— la Ecocapsule viene completamente acabada de fábrica. Con un peso de 1350 kg, las dimensiones totales quedan reducidas a 4,67 m de largo por 2,20 m de ancho y una altura —con el molino recogido— de 2,50 m. Estas medidas no son casuales: permiten su transporte dentro de los típicos contenedores metálicos que adornan la cubierta de los grandes cargueros transatlánticos. Un final de trayecto con la ayuda de un helicóptero o del remolque de un turismo, permite posar la Ecocapsule allá donde sus dueños quieran. Así, sus propios creadores le auguran un futuro como cabaña, oficina móvil o incluso como research station.
En el mundo industrial, lo nuevo es caro. Y no es hasta su serialización cuando un mayor abanico de bolsillos puede acceder a sus virtudes. Quizá queriendo buscarle un atajo al tiempo, los creadores de la Ecocapsule acaban de sacar a la venta una versión simplificada que reduce su precio en un tercio. Pero también sus posibilidades. Si la original la definían como “tu nueva microcasa autosuficiente”, de la recién estrenada SPACE by Ecocapsule, —que prescinde de aseo, cocina y hasta de aerogenerador— dicen que es“the perfect off-grid living for 4-5 people”; o sea, un salón de 50 000 €.
Además de como pabellón para diversos usos junto a una edificación tradicional, puede ser un espacio extra de la Ecocapsule original. Este concepto de asociación y adición ya estaba presente en los cautivadores Hexacubes desarrollados por George Candilis y Anja Blomstedt a comienzos de los años 70.
Aquellas unidades contaban con un catálogo de módulos de diferente naturaleza que podían acoplarse unos a otros y daban lugar a una vivienda de crecimiento celular al gusto —o según las posibilidades— de cada usuario. En el caso de las Ecocapsules, más bien se trataría de aparcar una junto a la otra como los campistas colocan sus tiendas y caravanas, y funcionarían como agrupación más que como unidad. El tiempo, sin atajos, juzgará si estas ovoides máquinas de habitar encuentran su lugar en la vecindad. O si, como hasta ahora, su destino es el del llanero solitario en único diálogo con el infinito paisaje a sus pies.