La artista Elke Walter siempre se ha valido del tejido para dar forma a su creatividad y crear sus vestidos y esculturas textiles. Conocida internacionalmente por ser la diseñadora de moda favorita de Zaha Hadid, pudimos ver parte de su trayectoria el pasado mes de julio en al Colegio de Arquitectos de Madrid —COAM—, en su primera exposición en Madrid organizada por los embajadores de su marca en España: los arquitectos Juan Antonio Fuentes Brito y Guadalupe Cantarero.
Una muestra cuyo diseño expositivo fue desarrollado por Fuentes Brito y la propia Elke, y que recorría desde sus primeros trabajos hasta sus propuestas más recientes: las singulares prendas One-of-a-kind, esculturas textiles y fotografías en blanco y negro.
Si hubiera que escoger una palabra que definiera la línea One-of-a-kind, esa sería “exclusividad”. Una colección de piezas únicas, cuya fabricación se mima de principio a fin entre las manos de Walter. Los tejidos son seleccionados escrupulosamente en colaboración con productores de Francia, Alemania, Japón, Italia o Estados Unidos, y elaborados en un pequeño molino rural del país galo, donde se combinan técnicas tradicionales con sistemas contemporáneos.
Un vientre fértil para desarrollar texturas singulares. Como en más de una ocasión se le ha escuchado decir: “Una buena tela tiene todo lo que un artista necesita para crear”.
El propósito se cumple cuando la pieza encuentra a su propietario; este detenta el privilegio de poseer algo irreproducible, pues ningún patrón es reutilizado: cada prenda es única, algo inusual en plena era de consumismo y productividad líquida.
En un intento de no caer en la típica creación de moda, Elke Walter alcanza la escultura. Naranjos en flor abiertos, hojarasca movida por el viento, tallos y pétalos reproducidos en telas brillantes. Algo así como una naturaleza galáctica en movimiento, una llamada de atención a sus picos, capas y rizos.
Collares y joyas que bien podrían ser corales flotando en la superficie del océano. Junto a todo esto, un trabajo fotográfico que convierte los mínimos detalles en auténticos protagonistas. Una producción que indudablemente mantiene un carácter rústico, a la par que futurista.