House in Chiharada es una muestra más del ingenio y la búsqueda de nuevos estilos de vida, donde la forma simple (o por lo menos así parece desde el exterior) resulta ser una compleja distribución de espacios; un tema bastante común en los japoneses. Diseñada por el despacho nipón Studio Velocity, House in Chiharada rompe el estereotipo de la vivienda tradicional al introducir conexiones inusuales en las zonas típicas de una casa.
Aunque a simple vista parece una especie contenedor gigante, el interior de esta residencia propone una distribución diferente de la movilidad, destruyendo el paradigma del pasillo que divide las estancias de un domicilio tradicional. Al acceder por la planta alta, aparecen cuatro cajas blancas que separan las áreas comunes. Cada una contiene una puerta, tras la que se descubren escaleras a la planta baja. Una de ellas conduce al baño, mientras que las otras tres llevan respectivamente a las tres habitaciones. Todos estos volúmenes se han perforado para permitir el paso de luz natural al nivel inferior.
Allí, además de su propia escalera, cada recamara cuenta con una salida al exterior, así como con un acceso al baño, el cual -recordemos- se abre igualmente a la planta superior. Al hacer este tipo de conexiones y recorridos, el arriba y abajo, el afuera y el adentro se confunden, creando una tensión entre extremos de una manera sutil y original.
House in Chiharada responde a la dualidad o “both-and”, ese término que Robert Venturi crearía en los 60 y que los japoneses tienen de manera implícita en su cultura; donde interior también es exterior, encima también es debajo, lo complejo también es sencillo y lo tradicional también es moderno.
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