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En la sociedad occidental, y en la occidentalizada, son muchas las familias acomodadas que optan por construir una segunda vivienda como espacio de ocio y relax. La Star House, ideada por AGI Architects en Kuwait, es sin embargo mucho más que eso. Se trata una propuesta residencial que recurre a un minimalismo elegante y que juega con la orientación de la casa para defenderse de la intensidad del sol y el viento del desierto.

La Star House (Bnaider, Kuwait), diseñada por AGI Architects y galardonada con una mención especial en los premios Cityscape 2010, hace realidad lo que podría parecer un sueño. Una casa al borde del mar que roza también con el desierto y en la que la luz, el paisaje y el espacio son los grandes protagonistas. También la intimidad de sus habitantes. Planeada en principio como tres viviendas independientes, finalmente Joaquín Pérez-Goicoechea y Nasser B. Abulhasan han desarrollado un edificio principal, dos casas para invitados y un embarcadero cubierto.

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Fotografía: Nelson Garrido

El proyecto surgió de la necesidad de una segunda residencia por parte de una familia kuwaití de alta posición social y nivel adquisitivo. En una parcela de 16.000 m2, la construcción ha seguido la tradición cultural islámica que prioriza la hospitalidad, y ha incluido, necesariamente, numerosas habitaciones privadas, dormitorios de invitados y áreas de descanso y reunión. Para este estudio con sede en Madrid y Dubai, el respeto a las características culturales del entorno y la adaptación de esas peculiaridades a la arquitectura son ejes fundamentales en todos sus trabajos.

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Fotografía: Nelson Garrido

 

Cultura y ecología

En el caso de la Star House, la mezcla de la tradición local con los usos occidentales del espacio ha marcado las directrices de una mansión pensada para facilitar la estancia de muchos invitados sin perder la privacidad familiar. Edificada en un solar con gran desnivel, se utilizó esa inclinación para graduar las espléndidas vistas al mar desde todas las habitaciones, y para ordenar el acceso a las distintas zonas del domicilio. Asimismo, en el lado sur, un muro cerrado protege del viento y la arena del desierto. Esto ha ayudado, además, a un mejor control climático, otro objetivo prioritario para AGI Architects: “La orientación de la casa, con el mar al norte y el desierto al sur, ha permitido aprovechar al máximo la eficiencia energética. Con grandes muros y pequeñas aberturas se protege del sol austral, mientras que grandes ventanales con voladizos y lamas resguardan de la luz directa en las otras direcciones”. Cultura y ecología se combinan. Y en este sentido, los arquitectos señalan cómo la preservación de la topografía existente los ayudó a remarcar la idea de “pertenencia a la tierra”, en especial en las zonas que miran al desierto, logrando convertir la Star House en una extensión de la propia naturaleza. De hecho, el blanco y el negro y el color natural de la madera son los tonos principales del proyecto: un cromatismo discreto con el que se ha querido reforzar la belleza del entorno.

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Fotografía: Nelson Garrido

La concepción interior del edificio se ha decidido según los recorridos sociales previstos, siempre priorizando el deseo del cliente de que todas las habitaciones estuvieran abiertas al mar. El conjunto final ofrece, en palabras del estudio, un “recorrido tridimensional a través del paisaje” con un dinamismo que incluye alzados construidos en escorzo: una secuencia de volúmenes independientes y al mismo tiempo interconectados. Aquí de nuevo está presente la idiosincrasia musulmana de la casa, en la que, exceptuando la primera planta, los límites de las áreas públicas se diluyen, llegando incluso a los porches exteriores, que por otra parte también se han acondicionado para amortiguar el intenso calor de los veranos. Todo está determinado por la escalera principal-lobby, donde se sugieren los posibles trayectos y se organiza la distribución. En ella la madera es la principal protagonista, en contraste con los paramentos blancos y los suelos de piedra en las zonas públicas.

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Fotografía: Nelson Garrido

Independencia y hospitalidad

La casa principal se ha diseñado en dos niveles. En la parte superior se encuentran los tres dormitorios de los propietarios, y uno destinado a las visitas familiares. Desde la escalera se puede percibir el volumen total de la vivienda con las diferentes salas de estar que se encuentran en la planta baja. Un poco más retirados se hallan otros lugares propios de la familia. Estas relaciones espaciales y visuales formalizan la arquitectura de la Star House. Cediendo al protagonismo del espacio exterior, en este nivel la casa se despliega hacia el paisaje y el mar, lo que se acentúa gracias a una piscina situada en el jardín, que, abierta visualmente a la costa, se hace prácticamente infinita.

Las vistas al Golfo Pérsico también destacan en las casas de invitados, situadas en diferentes cotas y totalmente independizadas del domicilio principal a través de una zona de servicio. De este modo, todos los espacios habitados conservan su preciada intimidad aunque comparten una panorámica privilegiada. Una de ellas se desarrolla en dos alturas, con un estar y un despacho arriba, y una habitación con porche abajo, mientras que la otra es solo una estancia temporal, compuesta por una habitación y una cubierta transitable desde la que observar la topografía circundante.

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Fotografía: Nelson Garrido

La suntuosidad es algo habitual en parte de la arquitectura residencial del mundo árabe. En este proyecto sin embargo, AGi Architects no solo han potenciado su carácter multicultural, y han puesto en práctica su amplia experiencia en urbanismo y edificación para climas áridos. También han conseguido dar un nuevo significado al diseño interior con un minimalismo que combina la simplicidad casi nómada de las estructuras y la sobriedad de materiales y accesorios. Porque lejos de una ostentación recargada y barroca, son los propios espacios, con sus grandiosas dimensiones, los que se han convertido en el signo del lujo contemporáneo. Algo de lo que sabe este estudio madrileño-kuwaití. Y prueba de ello es que el tándem formado por Joaquín Pérez-Goicoechea y Nasser B. Abulhasan se ha alzado como ganador del premio del World Architecture Festival (WAF) en su categoría Futuros Proyectos por el complejo residencial Wafra Living, donde de nuevo el espacio, la luz y la sobriedad son el punto de partida y a la vez el punto de llegada.

Agi Architects

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