Concéntrico se vistió de gala para celebrar sus diez años de andanzas. Entre los más de 250 participantes que ha congregado esta última edición, hay que sumarle unas cifras nada desdeñables en lo que se refiere a visitantes. De ello dan buena fe la numerosa las visitas guiadas que organizó el mismo festival y a las que se apuntaron miles de personas.
Concéntrico: 10 años de diálogo con el espacio público
Para explicar la importancia y la vigencia de Concéntrico hay que aludir a una serie de aspectos esenciales, como la experimentación, la didáctica de las propuestas o la reivindicación del aprendizaje en la ciudad. Aunque, si hubiese que mentar un solo aspecto que dota de sentido a lo que viene ocurriendo desde hace ya una década en Logroño, sería la manera en que la ciudad fomenta, a través de su propia urbanidad, valores tan cívicos y democráticos como los cuidados, la convivencia y el diálogo en el espacio público.
Por ello a esta edición, además de 20 trabajos, encuentros y actividades en las que han participado más de 100 profesionales de diferentes países, se ha añadido a modo de reclamo iniciativas como La calle a 10 años, con la colaboración de Porto Academy. “Un programa para repensar un entorno urbano introduciendo el tiempo como recurso para su diseño, así como se han abierto procesos con varios centros educativos para que sus intervenciones y metodologías permanezcan en sus patios una vez finalizado el festival”, destaca el director de esta cita, Javier Peña Ibáñez.
Arquitectura contemporánea para invadir Logroño
Por otro lado, si uno atiende a los pabellones erigidos en este décimo aniversario, cabe reseñar la labor en el Paseo del Espolón del holandés Willem de Haan, quien sustituyó —con cierta ironía hacia la homogenización del área construida— el pedestal de la Estatua de Espartero, figura histórica local, por una vivienda unifamiliar anodina.
De la misma manera, Make it Rain de Quentin Gérard, Guillaume Deman, Elisabeth Terrisse de Botton y Matthieu Brasebin examinaba con criticismo los fenómenos meteorológicos derivados del contexto de emergencia climática que nos ha tocado vivir. Conscientes de que algunos puntos de la geografía española viven bajo el régimen de sequía, el proyecto tenía como objetivo retener y conservar parte de esta agua para su uso en climas cálidos. Un planteamiento inspirado en técnicas ancestrales de climatización que utilizan la terracota: en este ejercicio, el calor hace que el agua de la terracota se evapore y la evaporación hace que el calor se absorba del aire circundante.
Paralelamente, sobresalió también la obra de los arquitectos KOSMOS: Off-season Pavilion, quienes, por medio de jaulones de vino, revelaron la potencialidad latente de la circularidad de los materiales fuera de su ciclo productivo. Una llamada de atención que muestra cómo dicha circularidad puede ser una respuesta para mitigar los efectos del impacto ambiental en la industria de la construcción.
En última instancia, los franceses MUOTO + Atelier Georgi Stanishev transformaron la zona junto a La Muralla y la Plaza del Revellín. Un lugar histórico atravesado por el Camino de Santiago que intersecciona con una pequeña plaza rectangular incompleta por uno de sus lados, ahora rematada por la habitación abierta al cielo de los arquitectos. Un espacio en forma de “T” invertida de dimensiones teatrales que, conformada por bloques de hormigón y palés de madera, absorbe el pavimento de la plaza y ofrece un área de abrigo y sombra para los visitantes.
Un festival de arquitectura con apuesta emergente
El elenco de instalaciones lo han coronado la ESD Madrid con ¡Saca las sillas!, emplazada en la Plaza Biblioteca de La Rioja; el dibujo que cubre toda la plaza del 1 de mayo, idea de los norteamericanos Outpost Office; las esculturas livianas del alemán Malte Martin para el Parque Felipe VI o la fuente circular del artista rumano Corvin Cristian, situada en la Calle Portales. A todo ello, hay que añadirle las tres intervenciones para la Plaza Escuelas Trevijano, la Viña Lanciano y La Concha del Espolón de los ganadores del concurso anual para jóvenes arquitectos y estudiantes que, en esta edición, recibió algo más de 257 propuestas. Un hecho que constata la consolidación y la buena acogida del festival en el marco arquitectónico nacional.
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Del 25 de abril al 1 de mayo.
